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Comenzar un trabajo con Mariela Gauna fue una decisión que tomé en un momento de gran desesperación. Había pasado años luchando por una relación que no significaba nada y, tras una separación reciente que me dejó devastado, un amigo me recomendó a Mariela y su experiencia con los amarres de amor. Queriendo darle una oportunidad a mi vida sentimental, decidí contactarla. Desde nuestra primera charla, me sentí apoyado y comprendido.
Mariela me explicó el ritual que realizaríamos, pero más allá de eso, lo que me sorprendió fue su compromiso con el acompañamiento diario. Desde el inicio, recibía mensajes de orientación y apoyo, lo que me ayudó a mantenerme centrado en mis intenciones. Un aspecto que me encantó de trabajar con Mariela fue que no solo se trataba de hacer un ritual. Ella me ofreció consejos prácticos y ejercicios que podía realizar en mi día a día, lo que hacía que el proceso se sintiera más real y tangible.
Al poco tiempo de comenzar, noté cambios en mi energía y en mi perspectiva. La primera semana, Mariela me sugirió que llevara un diario donde anotara mis pensamientos y emociones. Esto me ayudó a liberar tensiones y a reconocer patrones que había estado ignorando. También me incentivó a practicar afirmaciones diarias, que fortalecieron mi sentido de autoeficacia. Con estos pequeños pasos, empecé a sentirme más en control de mi vida.
Una de las experiencias que más me impactó fue cuando, después de un par de semanas, mi ex pareja se comunicó conmigo. Al principio pensé que era una coincidencia, pero Mariela me recordó que los rituales del vudú tienen un poder real y que mis esfuerzos estaban dando frutos. Recibí invitaciones de mi ex para charlar y ponernos al día. Mariela me ayudó a preparar cómo debía abordar esas conversaciones de manera que pudiera expresar mis sentimientos sin parecer desesperado.
Cuando finalmente nos encontramos, el ambiente se sentía diferente. Había una conexión intensa de nuevo, y todo lo que Mariela me había enseñado sobre la energía y la intención se convirtió en una realidad palpable. La forma en que mi ex me miraba y sonreía era como si el tiempo nunca hubiera pasado. Era evidente que el ritual había rejuvenecido nuestros sentimientos, y esa noche me di cuenta de la fuerza de la magia que Mariela había invocado.
A lo largo del proceso, Mariela siempre estuvo disponible para resolver cualquier inquietud que pudiera tener. Recuerdo un momento en particular en el que me sentía inseguro acerca del futuro de nuestra relación. Ella me ofreció una sesión de asesoría, recordándome cómo utilizar la energía positiva que habíamos creado. Sabía que el compromiso y la persistencia eran fundamentales. Su apoyo constante fue crucial; gracias a su guía, aprendí a tener paciencia y confianza.
En pocas semanas, volví a estar con mi ex, pero esta vez fue diferente. La conexión era más fuerte y segura. Continuamos trabajando en nuestra relación, y el acompañamiento de Mariela no solo facilitó el reencuentro, sino que también fortaleció mi crecimiento personal. Lo que comenzó como una desesperación se transformó en amor renovado y confianza. Aunque al principio era escéptico sobre la efectividad de un ritual de vudú, ahora puedo afirmar con certeza que fue un viaje asombroso que superó todas mis expectativas. Gracias a Mariela y su increíble trabajo, he encontrado no solo el amor que anhelaba, sino también un nuevo nivel de autoconocimiento y fuerza personal.
