[Lorenox]

Cuando conocí a Esteban, sentí que era el amor de mi vida. Nos fuimos juntos a recorrer el sudeste asiático, pero en algún momento, las diferencias se hicieron insoportables. Volvimos a nuestras ciudades y la distancia terminó separándonos. Fue un golpe muy duro, y busqué ayuda con Mariela Gauna. Lo que más me gustó de ella es que nunca prometió nada que no pudiera cumplir. Me explicó que solo trabaja si el amor puede ser auténtico y respetuoso. Hizo un estudio profundo de nuestra situación y, sin forzar nada, me ayudó a abrirme a lo que vendría. Poco después, Esteban me llamó diciendo que no podía dejar de pensar en nuestro viaje y en todo lo que habíamos vivido. Volvimos a encontrarnos y, esta vez, decidimos darnos una nueva oportunidad con más madurez. Mariela fue clave para que todo sucediera de manera natural.

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