Soy un hombre de 55 años, divorciado y reacio a creer en la magia. Sin embargo, la experiencia con Mariela fue asombrosa, y no puedo negar los cambios que se manifestaron en mi vida amorosa. Su atención personalizada me permitió ver la fuerza que la espiritualidad puede tener. Finalmente veo el amor renacer en mí y en mis relaciones.