Golfo del fin del mundo

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  • en respuesta a: AMARRES DE AMOR #61718

    Mi historia con Mariela Gauna y el amarre de amor eterno de la diosa egipcia Hathor es algo que nunca pensé que viviría. Llevaba años enamorada de mi mejor amiga, Sofía. Compartíamos todo: risas, viajes, momentos difíciles, pero yo guardaba un secreto muy grande. Cada vez que la veía sonreír, mi corazón se aceleraba, pero siempre pensaba que no había esperanza para mí, ya que ella se identificaba como heterosexual. Intenté confesarle mis sentimientos una vez, pero no se sintió de la misma manera. Me dijo que me quería como a una hermana, y aunque lo acepté, me dolió muchísimo.

    Con el tiempo, intenté olvidarla, pero ella seguía siendo parte de mi vida. Cada vez que tenía una nueva pareja, mi corazón se rompía un poco más. Un día, navegando en internet, encontré información sobre Mariela Gauna y su trabajo con el amarre de amor eterno de la diosa egipcia Hathor. Al leer sobre los testimonios y la filosofía de Mariela, me animé a contactarla. Tenía muchas dudas, pero Mariela fue muy clara desde el principio: me explicó que este amarre se enfocaba en abrir los caminos del amor y que nunca buscaría manipular los sentimientos de Sofía. Me dio la confianza de que, si algo tenía que pasar, sería de manera natural.

    Después de comenzar el proceso, las cosas empezaron a cambiar de una manera que nunca imaginé. Sofía comenzó a pasar más tiempo conmigo, a buscarme para compartir momentos juntas y a alejarse un poco de las citas con otras personas. Las conversaciones se hicieron más profundas, y ella me preguntaba cosas sobre mi vida amorosa y sobre cómo me sentía respecto a nuestra amistad. Empecé a notar que sus actitudes hacia mí eran diferentes, más cercanas y cariñosas.

    Un día, mientras estábamos viendo una película en mi casa, Sofía se quedó mirándome y me dijo que había estado pensando en mí de una manera que no entendía del todo. Me confesó que no podía sacarme de su mente y que sentía cosas que nunca había experimentado con una amiga. Fue un momento lleno de emociones, y yo apenas podía creer lo que estaba escuchando. Hablamos durante horas, ella con muchas dudas y yo con miedo de que todo fuera un sueño. Pero esa noche, nos dimos nuestro primer beso, algo que jamás imaginé que sucedería.

    Desde entonces, hemos comenzado a construir una relación hermosa y honesta. Sofía se ha abierto a la posibilidad de amarme de una manera que nunca creyó posible, y yo la he acompañado en cada paso, sin presionarla. Ahora, después de meses de estar juntas, puedo decir que somos felices, y que nos amamos sin miedo a lo que piensen los demás. No sé cómo agradecerle a Mariela Gauna por su amarre de amor eterno. Su ayuda fue fundamental para que Sofía y yo encontráramos el camino hacia nuestro amor, y para que ella pudiera descubrir sentimientos que, de otra manera, nunca habrían salido a la luz.

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