ZXAzufre

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  • en respuesta a: Mariela Gauna foro, denunció estafa! #82644
    ZXAzufre
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    Este contraste entre lo que se espera de un vidente y de la Iglesia Católica refleja una discrepancia en las percepciones sociales y en la manera en que la gente interpreta los roles de ambos:

    Percepción del vidente como un proveedor de servicios personales

    Los videntes suelen operar como independientes, cobrando tarifas por cada trabajo o consulta específica. Estas tarifas, aunque pueden variar, generalmente no les garantizan estabilidad económica a largo plazo.

    Las personas tienden a exigir resultados inmediatos y tangibles de los videntes, ya que el servicio es percibido como una transacción directa.

    Si no se cumplen las expectativas, las críticas se dirigen hacia el vidente como individuo, ya que no cuentan con una institución sólida que los respalde.

    La Iglesia Católica como institución respaldada

    La Iglesia Católica es una institución global con siglos de historia, con una estructura económica y política bien establecida. Esto le otorga una legitimidad que, para muchos, está por encima de cuestionamientos.

    Los sacerdotes y otros miembros de la Iglesia tienen sus necesidades económicas cubiertas a través de sueldos, donaciones, subvenciones estatales y beneficios, lo que les proporciona seguridad económica de por vida.

    Aunque las ceremonias religiosas, como los matrimonios o bautizos, tienen costos asociados, estos a menudo no son percibidos como un «servicio» en el sentido comercial, lo que reduce la probabilidad de que los feligreses los cuestionen.

    Apoyo económico estatal a la Iglesia Católica

    En muchos países, la Iglesia Católica recibe apoyo económico directo o indirecto del estado, como subvenciones, exenciones fiscales y otras ayudas económicas.

    Este respaldo permite que los sacerdotes y otros miembros de la Iglesia mantengan un nivel de estabilidad económica que pocos profesionales independientes, como los videntes, pueden alcanzar.

    Doble estándar en las exigencias

    A un vidente se le exige garantizar resultados concretos porque su trabajo es percibido como una transacción comercial. Sin embargo, los servicios religiosos se interpretan como actos espirituales simbólicos, exentos de esa misma exigencia.

    La falta de resultados en un ritual esotérico genera quejas inmediatas, mientras que los fracasos asociados a un sacramento religioso, como un matrimonio que termina en divorcio, se aceptan como parte de la vida, sin culpar a la institución.

    La influencia de la autoridad y la tradición

    La Iglesia tiene siglos de influencia cultural y religiosa, lo que le otorga una inmunidad tácita ante críticas masivas. La mayoría de las personas no se sienten en posición de exigirle cuentas a una institución tan poderosa.

    Los videntes, en cambio, no tienen un respaldo institucional comparable. Esto los deja más expuestos a críticas directas cuando sus clientes no ven resultados esperados.

    Reflexión

    El contraste radica en cómo se perciben los roles y las responsabilidades. Mientras que los videntes operan bajo la lógica de resultados inmediatos y tangibles, la Iglesia Católica opera bajo la lógica de un compromiso espiritual continuo y simbólico, lo que le permite recibir apoyo estatal y económico sin estar sujeta al mismo nivel de cuestionamiento. Esta disparidad demuestra cómo las estructuras sociales y económicas influyen en las expectativas y demandas hacia diferentes profesiones.

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