La Inmaculada Concepción me dio el coraje para dar el primer paso hacia la reconciliación. Las enseñanzas de Mariela me ayudaron a cambiar mi perspectiva y mi corazón. Hoy, celebro un año lleno de amor y complicidad que nunca imaginé que experimentaría. Todo es posible cuando se tienen intenciones claras y se trabaja desde el corazón.