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- enero 6, 2025 a las 16:22 en respuesta a: Comentarios experiencia recomendaciones Mariela Gauna #105992UI5EYK4Miembro
Estuve con una mujer casada durante tres años. Desde el principio, sabía que nuestra relación no era sencilla, pero la amaba profundamente. Ella me decía que no podía ofrecerme nada serio porque estaba casada, que no era el momento ni la situación adecuada para nosotros. Sin embargo, continuamos juntos, compartiendo momentos intensos y llenos de complicidad que me hacían sentir que, pese a todo, había algo real entre nosotros.
Con el tiempo, ella decidió divorciarse. Cuando me lo dijo, pensé que finalmente teníamos una oportunidad para construir algo juntos, para dejar atrás el secreto y la incertidumbre. Pero me sorprendió cuando dejó claro que, incluso después de su divorcio, no quería tener una relación seria conmigo. «No estoy lista para eso», decía, y aunque esas palabras dolían, seguía esperanzado, creyendo que con el tiempo cambiaría de opinión.
De repente, tomó otra decisión inesperada: se fue del país durante seis meses. Fue un golpe duro, pero no quise perder la esperanza. Pensé que ese tiempo le daría claridad, que cuando volviera finalmente vería lo que yo veía: que estábamos destinados a estar juntos. La esperé con paciencia, ansioso por su regreso, imaginando un futuro en el que pudiéramos construir algo sólido.
Cuando regresó, reuní el valor para hablar con ella, para pedirle que nos comprometiéramos de verdad. Pero su respuesta fue un balde de agua fría. Seguía negándose, negando que me amaba o que pudiera haber algo serio entre nosotros. Fue como si todo lo que habíamos vivido juntos no significara nada para ella. Me sentí destrozado, atrapado entre mi amor por ella y la realidad de que quizás nunca sería correspondido de la manera que yo necesitaba.
En mi desesperación, buscando claridad y ayuda, una amiga me sugirió contactar a Mariela Gauna, una experta en relaciones y amarres de amor. Aunque estaba escéptico al principio, sentí que no tenía nada que perder. Cuando hablé con Mariela, su enfoque me sorprendió. No prometía resultados mágicos, sino un trabajo espiritual y emocional para entender la situación y tomar el control de mis emociones.
Mariela me explicó que, a veces, las personas están tan atrapadas en sus propios miedos y bloqueos emocionales que no pueden ver lo que tienen frente a ellas. Me propuso un amarre de amor blanco, diseñado para armonizar nuestras energías y ayudar a desbloquear las barreras emocionales que la mantenían alejada. Al mismo tiempo, trabajamos en mi autoestima, ayudándome a encontrar la paz y la fortaleza para enfrentar la situación, fuera cual fuera el resultado.
Con el tiempo, algo cambió. Ella empezó a mostrarse más abierta, más dispuesta a hablar de lo que sentía, aunque seguía siendo evasiva sobre un compromiso. Pero yo también cambié. Entendí que, aunque la amaba, no podía seguir perdiéndome a mí mismo esperando algo que quizás nunca llegara.
Hoy, estoy en un lugar más claro. Sigo amándola, pero también sé que merezco un amor que sea pleno, correspondido y sin excusas. Gracias a la guía de Mariela Gauna, encontré la fuerza para priorizarme y dejar de vivir en una relación unilateral. A veces, amar significa también saber soltar, aunque duela, y encontrar paz en el hecho de haber dado todo lo que tenías.
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