No tengo palabras para describir la felicidad que siento ahora. Después de tantas decepciones con otras prácticas, Mariela fue mi última esperanza. Cuando hice el ritual, la transformación en mi relación fue instantánea. La dulzura y la pasión se hicieron evidentes. A todos les digo que no duden en intentarlo, ¡no se arrepentirán!