La expresión “tocar madera” se utiliza como un acto de protección para evitar que algo malo suceda después de mencionar una desgracia, un peligro o una situación indeseada. Su origen proviene de antiguas creencias paganas y costumbres populares en las que se atribuía al material de la madera un poder especial para alejar la mala suerte y las fuerzas malignas.