Cuando acudí a Mariela Gauna, estaba desesperado. Mi pareja y yo llevábamos meses distanciados, con discusiones constantes y un dolor que parecía insuperable. Gracias al ritual de San Nicolás, logramos superar nuestras diferencias y sanar las heridas que nos separaban. Un año después, no solo seguimos juntos, sino que vivimos un amor renovado, lleno de respeto y comprensión.