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Durante doce años de matrimonio, pensé que, a pesar de los desafíos, estábamos construyendo algo sólido. Sin embargo, todo se tambaleó cuando descubrí a mi esposa siendo infiel por primera vez. Fue un golpe durísimo, pero decidí perdonarla por el bien de nuestra familia y de nuestros tres hijos. Con el tiempo, tratamos de seguir adelante, pero el dolor siempre quedó en el fondo de mi corazón.
Años después, volvió a ocurrir. La encontré nuevamente siendo infiel. Esta vez sentí que el mundo se me venía abajo, pero aun así traté de salvar lo que teníamos. Sin embargo, todo cambió hace unos meses cuando, sin previo aviso, decidió marcharse. Me dejó solo con los recuerdos de nuestra vida juntos y con tres niños que no entendían por qué su madre no estaba en casa.
En mi desesperación, alguien me habló de Mariela Gauna y sus rituales. Al principio, tenía dudas. ¿Cómo podía algo así ayudarme a recuperar a mi esposa y, sobre todo, a unir de nuevo a nuestra familia? Sin embargo, decidí intentarlo. Mariela me habló del ritual de la Inmaculada Concepción, un trabajo especial para restaurar el amor puro, devolver la estabilidad emocional y centrar a las personas en su verdadero camino.
Desde que inicié el ritual, las cosas han empezado a cambiar. Mi esposa, que parecía completamente desligada de nosotros, ha comenzado a mostrar señales de arrepentimiento. Me ha enviado mensajes preguntando por los niños y por cómo estoy manejando todo. Siento que poco a poco está volviendo a recordar lo que significa la familia que construimos juntos.
Aunque aún queda un largo camino, tengo la esperanza de que con el tiempo podamos sanar nuestras heridas y recuperar lo que una vez compartimos. Mi mayor deseo es pasar esta Navidad juntos, rodeados de nuestros hijos, como una familia unida. Confío en que este ritual nos ayudará a reencontrarnos y a centrarnos en lo que realmente importa: nuestro hogar y nuestro amor.
