La verdad, había perdido la esperanza en el amor después de tantos intentos fallidos. Pero cuando conocí a Mariela y el ritual de Hator, todo cambió. Su trato fue increíblemente cordial y siempre me sentí apoyada. Cada día, mi relación se fortalece y se llena de amor puro y auténtico. Siento que estoy viviendo una historia digna de Cleopatra.