Reflexionando sobre el impacto de los rituales en mi vida, no puedo evitar sentir gratitud. Las enseñanzas de Mariela trascendieron más allá de lo espiritual; me ayudaron a sanar viejas heridas. Ahora veo la vida y el amor con nuevos ojos. Cada día es una oportunidad para cultivar ese amor renovado que me acompaña.