Cuando decidí hacer un amarre, prefería hacer las cosas con calma. Sin embargo, la ansiedad me fue consumiendo poco a poco. Finalmente, opté por un potenciador y desde entonces, he visto una transformación increíble. Los encuentros con mi pareja son más atrevidos y apasionados. Estoy disfrutando cada momento y no puedo esperar a ver lo que sucederá en el futuro.