Toma un limón fresco y pártelo en dos mitades iguales. Coloca sal gruesa sobre cada mitad y ubícalas en las esquinas de tu casa donde sientas mayor acumulación de energías negativas. Déjalas ahí por tres días y luego deséchalas lejos de tu hogar. Este ritual ayuda a limpiar ambientes cargados y atraer la armonía.