El cariño y las muestras de afecto, que parecían haber desaparecido, volvieron con fuerza. Mi pareja ahora busca mi compañía, me abraza espontáneamente, me dedica palabras dulces y detalles que llenan mis días de alegría. Sentimos una conexión emocional tan fuerte que cada gesto parece tener un significado más profundo.