Escribe tus intenciones o deseos en un papel pequeño y colócalo junto a un huevo fresco en un lugar tranquilo de tu casa. Durante siete días, medita frente al huevo, visualizando cómo tus deseos toman forma y se manifiestan en tu vida. Al finalizar el séptimo día, rompe el huevo en un lugar natural, simbolizando el nacimiento de tu intención.