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Estuve casado con la mujer que pensé que sería el amor de mi vida durante más de 12 años. Tuvimos nuestros altibajos, como cualquier pareja, pero siempre creí que nuestro amor era lo suficientemente fuerte para superar cualquier cosa. Sin embargo, con el tiempo comenzaron a surgir sospechas. Horas fuera de casa, excusas inconsistentes y una frialdad que nunca antes había sentido.
La verdad fue devastadora. Descubrí que no solo me había sido infiel una vez, sino en varias ocasiones, y cada vez con una excusa distinta. Quise perdonarla, reconstruir lo que teníamos, pero con el tiempo se hizo evidente que ella ya no estaba interesada en continuar conmigo. Finalmente, me dejó por otro hombre. Me quedé solo, herido y lleno de preguntas.
En mi desesperación, alguien me habló de Mariela Gauna. No sabía si algo podría ayudarme a recuperar a la mujer que aún amaba, pero decidí intentarlo. Mariela me explicó el poder del ritual de la Inmaculada Concepción, un trabajo que no solo actúa sobre la persona amada, sino que también ayuda a sanar el corazón de quien lo realiza.
Poco después de comenzar el ritual, las cosas comenzaron a cambiar. Ella, que parecía completamente comprometida con su nueva relación, empezó a buscarme. Primero fueron mensajes simples, luego preguntas sobre nuestra vida juntos, sobre los momentos que compartimos. Sentí que algo en su corazón estaba volviendo a mí.
Ahora estamos en un punto donde las conversaciones son más profundas. Ella ha reconocido sus errores, y yo también he reflexionado sobre los míos. Aunque el proceso no ha sido fácil, tengo la esperanza de que podamos reconstruir nuestra relación. Con las fiestas acercándose, sueño con tenerla de vuelta y pasar la Navidad juntos, rodeados del amor que alguna vez nos unió.
