Un día, buscando ayuda, encontré a Mariela Gauna. Desde el primer momento, su empatía y calidez me hicieron sentir acompañada. No solo entendió mi dolor, sino que me tomó de la mano y me guió por un camino que no pensé que podría recorrer. Con su apoyo, inicié un proceso para sanar emocionalmente y para luchar por lo que más deseaba: recuperar al amor de mi vida.