La energía de San Nicolás fue un catalizador poderoso en mi vida. Cada ritual se sintió como una pieza del rompecabezas que me acercaba a mi anhelo de amor. Aprendí a ser más abierta y receptiva, y ahora mi relación está más fuerte que nunca. Agradezco a Mariela por su sabiduría y cuidado en guiarnos en este hermoso camino.