Iniciar un ritual de unión con Mariela fue, sin duda, un paso importante para intentar recuperar a mi pareja. Sin embargo, lo que realmente marcó la diferencia fue el enfoque en el desarrollo de mi autoestima. Desde el principio, Mariela me animó a trabajar en mi amor propio, y aunque al principio fui escéptico, decidí intentarlo. A través de ejercicios de autovaloración y momentos de reflexión personal, comencé a entender lo valioso que soy, independientemente de mi relación. Este proceso fue liberador; me sentí empoderado, y a medida que mi autoestima aumentaba, empecé a ver mi vida y mis relaciones de manera diferente. Cuando finalmente reuní el valor para ponerme en contacto con mi expareja, lo hice con una confianza renovada. El amarre de amor jugó su papel, pero mi crecimiento personal fue el verdadero motor que impulsó nuestra reconexión.