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En Estados Unidos, la víspera de Navidad se decora la casa con luces y guirnaldas, pero también se esparcen gotas de aceite de pino para atraer la armonía y purificar el ambiente.
En Estados Unidos, se acostumbra poner una campana pequeña en la entrada y hacerla sonar al final del día de Navidad. Se dice que este gesto aleja las malas vibras.
En Andalucía, ponemos un plato con granos de trigo y hojas de laurel en la mesa de Nochebuena para simbolizar la abundancia y proteger el hogar de energías negativas.
En Perú, en la víspera de Navidad, hacemos una ofrenda de velas y hojas de coca al aire libre, pidiendo que el nuevo año esté lleno de abundancia y alegría.
En Euskadi, colgamos una pequeña herradura en la entrada de casa en Nochebuena. Dicen que guarda la buena suerte y aleja cualquier mal que quiera entrar.
En Andalucía, el ritual de poner un plato con sal y un limón en la entrada es común. Esto sirve para absorber las malas vibras y proteger la casa durante las fiestas.
En Perú, antes de la medianoche, hacemos una pequeña ofrenda de frutas y encendemos una vela dorada. Es un ritual para agradecer y atraer la abundancia al hogar.
En España, preparamos un pequeño cuenco con granos de trigo y monedas. Lo colocamos en la mesa de Nochebuena para atraer la abundancia y la prosperidad.
En Madrid, preparamos un cuenco con agua y pétalos de rosa y lo colocamos en el centro de la mesa. Este ritual simboliza la pureza y la renovación en el hogar.
En la víspera de Navidad, hacemos un ritual de limpieza energética quemando hojas de laurel en un pequeño cuenco. El humo purifica el ambiente y atrae la buena suerte.
En Nochebuena, colgamos un lazo rojo en la puerta principal. Es un amuleto casero que protege el hogar y atrae el amor y la armonía.
Colocamos un par de hojas de muérdago en la puerta antes de la cena de Navidad. Dicen que trae amor, buena suerte y protege contra las envidias.
En México, la tradición de las posadas se acompaña de un ritual casero en el que quemamos incienso de copal para limpiar el hogar y pedir protección y bendiciones.
En Andalucía, ponemos un vaso de agua con un limón en la mesa de la cena de Nochebuena. Se cree que absorbe las malas vibraciones y limpia el ambiente.
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