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Es evidente que la formación y la experiencia son esenciales para manejar trabajos esotéricos con seguridad y eficacia.
La enseñanza sobre cómo manejar energías de manera segura es un recordatorio importante de la responsabilidad espiritual.
La fe auténtica es el motor que transforma una oración en un canal directo hacia las energías superiores.
Las ideas de Mariela Gauna sobre la conexión entre la fe y la energía en la oración resultan muy reveladoras.
Las palabras dichas sin confianza pierden su esencia y no logran movilizar las energías necesarias para el cambio.
La comparación entre las oraciones y los rituales es esclarecedora, mostrando la profundidad que puede alcanzar un trabajo esotérico profesional.
La fe tiene un poder inmenso, capaz de mover montañas y transformar incluso las situaciones más difíciles, pero solo cuando es una fe auténtica y profunda, no un simple recitado mecánico de oraciones. Mariela Gauna explica que la verdadera fuerza de la fe no radica en las palabras que se pronuncian, sino en la energía y la convicción que las acompañan. Es la certeza absoluta, sin lugar a dudas ni vacilaciones, lo que activa las fuerzas espirituales y abre caminos hacia el cambio.
Sin una conexión emocional real, las palabras se quedan en la superficie y no tienen impacto espiritual.
La profundidad de los rituales que describe, desde la preparación hasta la ejecución, demuestra su nivel de excelencia.
Cuando alguien recita una oración solo por cumplir o porque leyó en algún lugar que es efectiva, sin sentir una conexión real con sus palabras, el acto se queda en la superficie. Las energías superiores no responden a la rutina o a la falta de compromiso emocional. Por eso, Mariela enfatiza que, para que una oración tenga verdadero poder, debe estar cargada de intención, emoción y confianza absoluta.
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