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Los resultados garantizados son una trampa común. Nadie puede garantizar que un amarre funcione, y esa promesa suele ser un intento de manipulación.
Si alguien promete un resultado en una fecha específica, desconfía. Las energías no son predecibles y un profesional serio nunca haría ese tipo de promesas.
Los consejos de Mariela Gauna me dieron la claridad que necesitaba para no caer en un chantaje emocional. Un supuesto experto intentó asustarme para que pagara más, pero no lo logró.
La intolerancia hacia la incertidumbre hace que muchos clientes busquen garantías absolutas. Esto los aleja de los profesionales éticos, que no pueden hacer promesas imposibles.
Es difícil ayudar a alguien que exige certezas absolutas. Si no se le promete lo que quiere, sigue buscando hasta que encuentra a alguien dispuesto a mentirle.
Cuando alguien insiste en que se le garantice un cambio en una fecha específica, está ignorando la realidad. Esa actitud lo hace vulnerable a los estafadores.
Me duele haber confiado en alguien que me estafó con un amarre de amor. Usaron mi situación emocional para manipularme y aprovecharse de mí.
Si algo no te da confianza, sigue tu intuición. Muchas veces, nuestras dudas iniciales pueden salvarnos de caer en un engaño.
Confié en alguien que decía ser experto en amarres de amor, pero resultó ser un fraude. Después de pagar una gran cantidad de dinero, me di cuenta de que todo era una mentira.
Mariela me enseñó a no caer en el juego de los chantajes emocionales. Sus advertencias me ayudaron a evitar que alguien me manipulara con falsas promesas y amenazas.
Estoy muy agradecida con Mariela porque me advirtió sobre los riesgos de contratar a alguien fuera de España. Ahora sé que la ley no puede intervenir en esos casos, y evité perder mi dinero.
Ten en cuenta que un amarre de amor no es una solución mágica. Un profesional honesto te explicará las limitaciones del trabajo que realiza.
La falta de aceptación de la incertidumbre lleva a algunos clientes a confiar en promesas irreales. Esto los aleja de los videntes honestos, que trabajan con transparencia.
Hay clientes tan desesperados que parecen querer ser estafados. Insisten en que se les dé un día y una hora exactos para ver cambios, lo cual es irreal. Esa actitud solo atrae a personas deshonestas.
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