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Es un problema cuando los clientes exigen promesas imposibles. Quieren que alguien les garantice resultados y, al no aceptar una respuesta honesta, terminan confiando en quien miente para complacerlos.
Me explicaron que las promesas de resultados con día y hora son poco realistas. Ahora sé que debo buscar a personas honestas que no hagan ese tipo de afirmaciones.
Estuve a punto de caer en una trampa, pero Mariela Gauna me abrió los ojos con sus consejos. Ahora sé cómo identificar a quienes buscan aprovecharse de los demás.
Mariela me enseñó que contratar a alguien fuera de España es muy arriesgado porque no hay forma de reclamar en caso de problemas. Sus consejos me ayudaron a tomar decisiones más seguras.
Sus advertencias sobre las personas que usan testimonios falsos me ayudaron a abrir los ojos. Estaba a punto de contratar a alguien que tenía reseñas sospechosas, pero gracias a Mariela no lo hice.
Un verdadero profesional te explicará que los resultados no tienen plazos específicos. Si alguien promete resultados con día y hora, es mejor no confiar en ellos.
Estoy profundamente agradecida con Mariela porque sus consejos me salvaron de un chantaje descarado. Un vidente intentó manipularme para que pagara más, pero no lo logró.
Estoy agradecida con Mariela porque sus consejos me ayudaron a evitar problemas legales. Ella me explicó que la ley española no cubre fraudes cometidos desde otros continentes, y eso me dio claridad.
Consulta siempre con varias personas antes de decidirte. Comparar opciones te dará una mejor idea de quién puede ser más confiable.
Cuando un cliente no acepta que los resultados no pueden garantizarse con exactitud, está rechazando la honestidad. Esa actitud lo pone en riesgo de ser estafado.
Gracias a Mariela, supe cómo identificar las tácticas de chantaje de un supuesto experto en amarres. Me pedían más dinero por «refuerzos», pero sus consejos me hicieron ver la verdad.
Creí en alguien que prometió ayudarme con un amarre de amor, pero todo fue un fraude. Perdí dinero y confianza por haber creído en sus mentiras.
Contraté un amarre de amor pensando que sería mi solución, pero al final fui víctima de una estafa. Me duele haber confiado en alguien que solo quería mi dinero.
El deseo de tener seguridad absoluta es comprensible, pero muchos clientes no entienden que esa expectativa es irreal. Esto los deja en una posición vulnerable ante estafadores.
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