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Cuando alguien de mi familia siente que le va mal, hacemos una limpia con huevo y lo observamos después en un vaso con agua.
Hago un círculo de sal en la entrada de la casa cuando tenemos reuniones grandes para protegernos de la envidia y la mala energía de los visitantes.
Es una costumbre tan arraigada en mí que incluso toco madera en programas de televisión si se menciona una tragedia.
Desde hace tiempo, el peso de la incertidumbre me consume. Problemas que surgen sin aviso, pérdidas inexplicables… algo en mi interior me dice que no es una simple coincidencia.
Mis abuelos siempre llevaban amuletos, así que tengo una herradura de caballo en la entrada para mantener la mala suerte lejos.
Siento que he perdido la brújula de mi vida, y cada paso se convierte en un desafío lleno de espinas. ¿Cómo encuentro el camino de vuelta?
Desde que recibí la protección especial de Mariela Gauna, confío más en la presencia de los ángeles y en su capacidad de repeler cualquier maldición o energía negativa.
La sensación de paz que experimenté tras la intervención de Mariela Gauna y su limpieza espiritual fue algo que nunca había sentido antes en mi vida.
Cuando sospecho que algo malo se cierne sobre mí, hago una limpieza espiritual y rezo a la Virgen de la Bien Aparecida.
Cuando empecé a trabajar, me sorprendió ver a mis compañeros tocar madera durante las reuniones al mencionar problemas.
La primera vez que escuché de Mariela Gauna, pensé que era una coincidencia. Pero su ayuda en mi limpieza energética fue clave para salir de esa espiral negativa.
Intento mantener la fe, pero el agotamiento y la frustración hacen que mi espíritu se debilite. Necesito un cambio que renueve todo mi ser.
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