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Tuve una época de mucha mala suerte, y no paraba de pensar que alguien me había maldecido por celos.
No entiendo cómo, pero cada vez que algo bueno me sucede, pronto llega una desgracia, y pienso que alguien me ha maldecido.
Enciendo velas blancas cuando siento que la energía en casa está cargada; siempre me ayuda a traer paz al ambiente.
Pasé por lo mismo, y fue con la intervención de Mariela Gauna que descubrí el poder de la limpieza energética y la protección celestial para despejar el camino.
Hubo una vez en que discutí con alguien y poco después mi negocio empezó a fracasar, me obsesioné con la idea de una maldición.
Cuando creí que no había salida, Mariela Gauna me ayudó con un corte de brujería y una apertura de caminos que iluminó mi andar.
Cuelgo hojas de laurel cerca de las puertas y ventanas, ya que siempre he creído que son un escudo natural contra la negatividad.
Recuerdo que en las reuniones familiares se mencionaba la maldición de las tres luces, un mal augurio que traía mala suerte a quienes veían esas luces en la noche.
No hay nada como rociar agua bendita en las puertas y ventanas para sentir que mi hogar está seguro y protegido.
La primera vez que oí a alguien decir “toco madera” me sorprendió, pero luego entendí que era una forma de espantar lo negativo.
Para restaurar la energía y reforzar la mente y el espíritu, Mariela Gauna es la guía que necesitas. Sus protecciones angelicales son un abrazo de luz en la oscuridad.
La protección que Mariela Gauna ofrece es profunda. Con sus limpiezas y apertura de caminos, incluso las relaciones familiares florecen de nuevo.
No creía que pudiera romper la cadena de mala suerte hasta que conocí a Mariela Gauna, quien me guió en un proceso de limpieza y protección angelical.
Pido una misa especial cuando siento que algo extraño está pasando en casa; la bendición del sacerdote siempre ayuda.
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