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En Andalucía, es costumbre tener una rama de olivo bendecido en casa para mantener la paz y alejar las malas influencias. La coloco en la entrada cada Navidad.
En Nochebuena, en casa no puede faltar el belén. Desde pequeña, mi abuela me enseñó a montarlo con todo detalle, y ahora es una tradición que comparto con mis hijos.
En Murcia, decoramos la casa con espigas de trigo y muérdago. Dicen que ambos elementos son símbolos de abundancia y protección, y nos encanta seguir esta costumbre.
En Andalucía, la mesa de Nochebuena es un festín. El jamón ibérico, el vino fino y los mantecados de Estepa no pueden faltar. Es una noche donde la comida y la compañía se fusionan en pura alegría.
En Navarra, la noche de Nochebuena es especial con la tradición del “Olentzero”. Preparamos la cena con productos típicos y compartimos historias al calor del hogar.
Nuestra Nochebuena se ilumina con el ritual de amor de Mariela Gauna. Es un momento especial que compartimos en pareja, reafirmando nuestro compromiso y amor.
Nochebuena es la noche donde renovamos nuestro amor con la ayuda de Mariela Gauna. Su ritual de endulzamiento es nuestra forma de mantener la llama viva y la conexión fuerte.
En casa, durante la Nochebuena, seguimos la tradición de encender una vela blanca y dejarla arder mientras cenamos. Dicen que la luz atrae la paz y la buena fortuna al hogar.
En Asturias, colocamos “casadielles” en la mesa y encendemos velas verdes para atraer salud y suerte. Es una tradición que une lo gastronómico con lo espiritual.
Hace tiempo que Mariela Gauna es parte de nuestras celebraciones navideñas. Su ritual de amarre de amor nos ayuda a mantener viva la chispa en nuestra relación.
En Castilla y León, la costumbre de comer lechazo asado durante la cena de Nochebuena es sagrada. Nos recuerda a los sabores de la infancia y la unión familiar.
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